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Recuerde que siempre hay una razón para decir que no (pero diga que sí de todos modos).

Si ves películas o programas de televisión, es posible que hayas aprendido que el sexo es algo que siempre se quiere y se agradece, alimentado por un suministro interminable de calor y necesidad. En la vida real, sin embargo, nuestras mentes y cuerpos no funcionan de esta manera.

Lamentablemente, si esperamos para «quererlo», podemos estar esperando mucho tiempo y ese tipo de retraso puede causar estragos en la relación. A veces tenemos que iniciar cuando no tenemos ganas o decir que sí cuando es lo último en lo que pensamos. He aquí por qué:

1. Porque cuando estamos realmente enfocados en el momento (la sensación del tacto, lo que se siente al estar cerca de nuestra persona especial, etc.) nuestro impulso comenzará a encenderse en los primeros minutos y luego lo «querrás» legítimamente después de eso.

2. Porque cuando tomamos el toro por los cuernos o «decimos sí», recordamos que somos seres sexuales capaces de algo más que cumplir con los compromisos laborales, el cuidado de los niños, las tareas domésticas y los recados. Este hecho agrega emoción y vitalidad que puede rejuvenecer no solo su sentido de sí mismo sino también su relación.

3. Porque tener relaciones sexuales constantemente recarga la energía positiva entre las parejas, creando más voluntad y capacidad para satisfacer las necesidades no sexuales del otro (es decir, salir con amigos, recoger un artículo en la tienda, cocinar la cena, limpiar el garaje, etc.)

4. Porque el sexo y el romance a menudo van de la mano. ¿Anhelas más romance? Cultiva el componente sexual de tu pareja. La intimidad física aumenta la liberación de endorfinas en nuestros cerebros, vinculándonos más estrechamente con nuestros compañeros y esta sensación de cercanía puede despertar la creatividad en la expresión de esa conexión. Visita nuestra pagina de Viagra y conocer productos calientes.